lunes, 18 de diciembre de 2017

Termina la historia

TERMINA LA HISTORIA

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Una joven soñó una noche que caminaba por un extraño sendero campesino, que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca. En el momento en que ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en tres noches sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a comenzar su conversación con el anciano.

Pocas semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a una fiesta de fin de semana. De pronto, tironeó la manga del conductor y le pidió que detuviera el auto. Allí, a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.

-Espéreme un momento -suplicó, y echó a andar por el sendero, con el corazón latiéndole alocadamente.

Ya no se sintió sorprendida cuando el caminito subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano del sueño respondía a su impaciente llamado.

-Dígame -dijo ella-, ¿se vende esta casa?

-Sí -respondió el hombre-, pero no le aconsejo que la compre. ¡Un fantasma, hija mía, frecuenta esta casa!

13 comentarios:

  1. Como en el cuento la chica le hace una pregunta bastante curiosa creo que ella es el fantasma. Porque de haber soñado eso todas las noches, la pregunta más lógica habría sido acerca de si se conocían de antes ellos dos o algo; pero no. La chica pregunta si la casa se vende, por lo que intuyo que el fantasma es ella porque en sus supuestos sueños acude todas las noches hasta allí.

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  2. De repente, volvió a despertar. Se encontraba tirada en el suelo del baño de la fiesta a la que acudió. En ese momento, se dio cuenta de que el fantasma que frecuentaba la casa eran sus sueños cuando se encontraba bajo las sustancias de las drogas. Así. Fue así. Empezó la drogadicción por placer.

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  3. -¡La compro! -respondió ella.
    -¿Estás segura, hija mía? -le preguntó el amable señor.
    -Sí, sí que lo estoy.
    -Sí es así, es toda tuya -le dijo él-, pero antes deberás conocer al fantasma que habita en ella.

    El hombre entró a la casa y la joven le siguió. Pudo notar el polvo en el ambiente y el olor a moho que se cernía sobre las paredes. A ello se le unía una intensa oscuridad que se resquebrajaba por nítidos rayos de luz que se colaban por las rendijas de las ventanas tapiadas. El crujir de la madera bajo sus pasos parecía acompasarse a los fuertes latidos de su corazón.
    Finalmente, el hombre, sin decir nada se giró a ella. Se quedo observándola como si quisiera atisbar la más mínima duda en su rostro. En cambio, ella afirmó levemente con la cabeza. Tenía que saberlo. Necesitaba saberlo.
    El señor abrió la puerta que tenía a su lado y la invitó a pasar a la oscura habitación.

    -Está allí, al fondo, tras esa cortina -añadió rompiendo el silencio.

    La joven avanzó hacia delante. Sentía que el corazón se le iba a salir del pecho pero sus piernas parecían andar por sí solas. Estiró la mano temblorosa para descubrir la cortina. La dejó caer suavemente sobre el viejo suelo.

    Un espejo. Su reflejo. El anciano cerró la puerta.

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  4. -Y ¿sabe usted cómo es ese fantasma? -preguntó la joven intrigada.
    - La verdad es que yo no lo he visto, solo soy el portero. La dueña de la casa, en cambio, cuenta que se trata de una joven que murió en esta misma casa. Sus padres no soportaban los recuerdos del lugar, por lo que se fueron a vivir a la ciudad y abandonaron este sitio. Es ahí cuando la señora compró la casa que ahora vende.
    -¿Puedo pasar a ver el lugar?
    -Por supuesto, adelante.
    La joven comenzó a observar las habitaciones de la casa. Su cerebro la guiaba a un sitio determinado, que ni ella sabía cuál era. Siguió a sus pies y apareció en una habitación rosa. El portero la siguió por la estancia y cuando llegó a la habitación dijo con voz atemorizada:
    -¿Cómo sabía usted que esta era la habitación de la joven?
    -No lo sé, no sé por qué he venido aquí directamente.
    La chica entró y abrió un libro que le resultaba familiar. Era el cuento que le leía su madre cada noche cuando era pequeña. Cada vez tenía más miedo y no quería seguir en esa casa. Pero, al salir, observó que en la puerta de la habitación se encontraba una foto de la familia: era su familia y era ella la niña de la foto. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que ella era el fantasma y que lo que soñaba cada noche ocurría en la realidad, pues su espíritu volvía al lugar que le pertenecía.

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  5. -¿Fantasma? No me da miedo.
    -Este fantasma no es como el que aparece en las películas. Según entras en esta casa, el fantasma lo sabe todo sobre ti.
    -¿Y qué problema hay?
    -Que sabe todos tus secretos. Y... ¿tú tendrás los tuyos, verdad?
    -¿Yo? Yo no tengo secretos señor.
    -¿Estás segura? Entonces... por qué has soñado con entrar a esta casa? ¿Acaso quieres evadirte del asesinato que cometiste el año pasado?
    -¿Cómo sabe usted eso? ¿Quién eres?
    -Ya le he dicho que el fantasma lo sabe todo sobre ti.

    Entonces, la muchacha empezó a correr sin mirar atrás hasta llegar al auto donde se encontraba el conductor. Le volvió a tironear, pero esta vez, para que arrancase. El conductor preocupado le preguntó qué es lo que había sucedido, pero ella no quería hablar sobre el tema. No daba crédito a lo que le había sucedido.

    No habló en todo el camino a la fiesta, ya que estuvo pensando en cómo ese anciano sabía sobre el asesinato que cometió el pasado año. Hasta que llego a la fiesta, y vio que el padre de una de las amigas de la fiesta era el que organizaba la fiesta. Era él, él estaba ahí. Empezó a encontrarse mal, cada vez estaba peor, hasta que un momento se desmayó y cayó al suelo.

    Al despertarse, escuchó una voz:
    -Vamos cariño, vas a llegar tarde a la fiesta.

    Entonces pensó... ¿Qué ha pasado? ¿Cómo he llegado hasta aquí? Bajó al salón y ahí estaban sus padres, esperando a que se fuera a la fiesta. Ella, desorientada, se montó en el coche de su padre para llevarle a dicha fiesta. Pero esta vez, no le tironeó ni para que detener el auto ni para arrancar; simplemente, no dijo nada.

    De este modo, se había dado cuenta de que también era un sueño lo que había vivido. Pensó que lo mejor era olvidar lo que había sucedido e ir a la fiesta a pasarlo bien.

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  7. Haciendo caso de las palabras del hombre la joven decidió no comprar la casa. Tras dos días sin soñar con la casita blanca y el anciano, el sueño volvió para quedarse todas las noches. Harta de no entender por qué soñaba con aquello decidió volver a la casa que vio con sus propios ojos y comprarla a pesar de que el anciano le recomendó que no lo hiciera. Los primeros días todo era normalidad hasta que empezaron los ruidos, los objetos que se movían de un lugar a otro... empezó el miedo. Entonces, decidió intentar hablar con aquel fantasma y preguntarle que hacía allí y por qué no la dejaba en paz. Tras varios intentos por fin pudo hablar con el fantasma y este le respondió que ella sera su salvación, ella le podía liberar de este mundo y ayudarle a ir hacia el mundo de los muerto y que si le ayudaba él le compensaría solo con cosas buenas. Finalmente, ella le ayudó y él se lo compensó ayudándole a encontrar un buen trabajo, a tener una salud inmejorable y a cumplir todos sus sueños.

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  8. La muchacha sintió curiosidad por saber de qué fantasma se trataba. Entonces, el anciano le contó que se trataba de una bella mujer que, enamorada de un joven del pueblo, decidió huir y abandonar a su familia por él. Sin embargo, tras haber planificado su huida, la familia consiguió enterarse de sus intenciones y encerrarla en su casa hasta morir. La joven tuvo que sufrir toda clase de maltratos por parte de la familia, entre otros muchos, tuvo que dormir con los animales de los que se ocupaba. Al final, la familia quiso correr el rumor de que había muerto de tuberculosis pero todo el mundo era consciente de la causa de su muerte: la pena y la incapacidad de ser feliz.

    - No te asustes, hija -dijo el anciano- esta historia pasó hace mucho tiempo.

    La muchacha, tras darle las gracias al anciano, marchó dubitativa hacia la parada del bus, pensando cómo muchas veces el ser humano puede ser más cruel que cualquier animal.

    (final basado en hechos reales).

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  9. La joven, ante el placer de haberse cruzado con el anciano y haber visto la hermosa casa blanca, no puede resistirse en comprarla. La joven siente tal curiosidad que ni la advertencia del anciano la hace dudar en ningún momento. El anciano intenta convencerla de que no es buena idea comprarla debido a todos los sucesos que habían ocurrido en aquella casa. La joven, sin embargo, admirada por todo lo que cuenta el anciano, no puede resistirse y decide comprarla. Tras unos días de convivencia en la casa, la joven empieza a escuchar todas las noches ruidos extraños que proceden del sótano. Ante su curiosidad, decide acceder al sótano y ver qué es lo que ocurre. Cuando accede al sótano y abre la puerta se da cuenta de por qué le dijo aquél señor que en la casa frecuentaba un fantasma. Y es que la joven se encuentra al propio anciano de larga barba blanca tendido en el suelo con una nota que dice: "La próxima serás tú".

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  10. Ella, muda, se dio media vuelta y volvió al lugar donde le había dejado el coche. Allí no había nadie, tan solo dos pequeños ratones que poco podían ayudarle en la vuelta a casa. Berta, nerviosa, cogió su teléfono movil y se dispuso a buscar información sobre la vieja casa que tantas veces había visitado en sueños.

    Se trataba de una villa construida en el siglo XVII, habitada por un conocido guitarrista que murió de la noche a la mañana. Todo parecía indicar que el fantasma que frecuentaba la casa pertenecía a ese músico. La jóven, sin pensárselo dos veces, se dirigió de nuevo a la extraña casa. Tocó la puerta, pero esta vez quien le abrió la puerta fue una sombra negra. Al fondo, se escuchaba el sonido de una guitarra.

    Berta entró dentro de la casa y siguió el camino que la música le marcaba. Allí no había nadie, tan solo una foto en la que aparecía ella. Se asustó y se marchó corriendo a casa. Pero la jóven nunca llegó a ella. El sonido de la guitarra la dejó atrapada en aquel lugar para siempre.

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  12. La muchacha, cada vez más intrigada le preguntó al anciano:
    - ¿Podría usted contarme qué le sucedió al fantasma?
    el anciano, al ver el interés que suscitaba en la joven le respondió: - Con mucho gusto querida, si lo desea, puede volver a verme mañana y se lo contaré.
    La joven accedió a volver al día y siguiente y regresó a su casa pues ya no quería salir con sus amigos. Al poco tiempo de llegar a su casa se metió en la cama, se quedó profundamente dormida y volvió a soñar con la casa pero esta vez, ya podía ver el interior de ella.Ésta muy entusiasmada decide explorarla totalmente, cuando llega al jardín se da cuenta que no estaba sola, en un banco había un joven sentado cantando una canción muy triste y entonces ella le preguntó.
    -¿Qué te pasa?- y el joven le respondió - Soy un joven maldito y estoy sufriendo de amor, si estás dispuesta a quererme encantado te cuento mi historia de amor. eso sí,tengo una única condición, sólo podrás verme si compras la casa.
    Finalmente la joven decide quedarse con la casa y se sigue viendo con el joven en los sueños. Con el paso del tiempo ésta queda prendida de su amor y poco a poco se pierde la maldición.

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  13. La joven, consternada por el miedo, se agarró disimuladamente a la repisa y, tratando de no acercarse demasiado al viejo, paseó la mirada por el pasillo de la entrada. Temía que él escuchara el retumbar de sus latidos, que eran tan fuertes que silenciaban el canto de los pájaros nocturnos y del rechinar del viento estival. Casi no escuchó su propia voz cuando respondió:
    - Si le digo la verdad caballero, llevo días soñando con usted. ¿Cree que podrá estar relacionado con el fantasma del que me habla?
    - Es posible hija mía. Será una premonición. Dime, ¿hay alguna cosa más que recuerdes de aquel sueño?
    - Bueeeno... no le dado importancia hasta ahora pero... había un número...que... curiosamente coincidía con el del taxi que he cogido para ir a la fiesta esta noche.
    - ¿También soñaste con el camino hasta aquí?
    - No, ha sido el conductor el que ha elegido esta ruta... no es la habitual, pero dijo que la autopista estaba atascada por una accidente...
    De pronto, una imagen le paralizó el pensamiento. Un cuadro muy antiguo colgaba en la pared principal de la salita, en el cual estaba pintado un hombre sentado en un sillón imperial. "No es posible" pensó. El contorno de esa cara era inconfundible... aquella nariz puntiaguda, esa mirada afilada, la barbilla sobresaliente y aquella sonrisa... Era el taxista que en silencio ya se acercaba poco a poco a sus espaldas.

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